miércoles, 22 de diciembre de 2010

Sisifadas: Perra vida

Como no tenia planes me dirigí hacia tu casa, la que tienes en la parte alta. De camino me cruzé con ese vecino tuyo, el que tiene un perro que parece un oso. No me miró, pero se de buena tinta que me habia visto llegar. En cambio, su perro si que lo hizo, girando la cabeza a medida que pasaba a mi lado. Tenía los ojos negros, como dos piedras de azabache, y durante un instante supe que me odiaba. Me odiaba porque yo no llevaba una correa al cuello, porque no iba arrastrado por un pusilánime estreñido que necesitaba tener un coche grande para compensar su pequeña polla, un perro grande para enmascarar su cobardía y una mujer operada para sentirse un triunfador. Despues, tal y como habia llegado, se rompió esa conexión perro-humana y me pareció que sus ojos ya no eran tan negros, sino más bien de un marrón lechoso, giró su cabezota hacia delante y dejó que su amo lo dirigiera por una mierda de camino que seguro odiaba. Perra vida.

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