martes, 11 de mayo de 2010

Sisfadas: Ni contigo ni sintigo (II)

Hará cosa de un par de meses os conté que había puesto mi piso a la venta, y como los astros se aliaron en mi contra para evitar que pudiera venderlo. Digno de la más tenebrosa película, mi vivienda cobro vida propia para que no alcanzara mi objetivo. Quizás me tachéis de cuentista o desproporcionado en mis afirmaciones, pero lo que os narré en aquel entonces era apenas la punta del iceberg sin que yo pudiera siquiera imaginarlo, ya que en estos dos meses posteriores han seguido sucediendose cosas misteriosas, dignas de un programa completo de Quinto milenio.
Después de aquellas calamidades se han venido aconteciendo otras que aquí me dispongo a relataros, leed pues y juzgad vosotros mismos.
Una noche, hará cosa de un mes, estaba ya echado en la cama cuando me vi sobresaltado por unos gritos atroces, de un salto me levanté y con sigilo me dirigí a investigar el origen de tan horrorosos aullidos, cual fue mi alivio (y a la vez sorpresa) al descubrir que la caldera bramaba cada vez que se ponía en marcha la calefacción, obligándome a apagarla y, entre otras, a tener que chapuzarme en las aguas frescas de mi pueblo durante los posteriores días. Después de una llamada al Servicio Técnico, y previo desembolso de casi 300 €, me cambiaron un ventilador que lleva dentro el maldito aparato y pude seguir disfrutando de unas duchas decentes.
Pero mientras tanto se estaban urdiendo otras fatalidades que pocos días mas tarde se me revelarían. En la planta de arriba, la bomba de el lavabo se gripó (no, no fue por ningún atasco monumental, ahorrense los comentarios mordaces) con lo cual, previo pago de nuevo de 450 € al Servicio Técnico, me cambiaron el motor y pude seguir haciendo pipí.
¿Casualidades quizás?, como dice mi colega Rubens -las casualidades no existen-. Pero por si tienen alguna duda aquí no acaba todo, sigan leyendo y adviertan como se les eriza el vello de la nuca.
Con estos últimos días de intensas lluvias han aparecido varias manchas de humedad que recorren una pared del comedor de punta a punta y, aunque no se pueda percibir ningún rostro humano en los churretes, les puedo asegurar que los desconchones ya se adivinan, así pues estoy a la espera que el perito del seguro se acerque a mi hogar a ordenar reparar mis desperfectos.
Por si esto no les parece suficiente les informaré que, ayer mismo, estuve toda la tarde reparando una pequeña perdida de agua que ha aparecido en el plato de ducha, y que me ha obligado a limpiar toda la silicona de la mampara, a base de cutter y rasqueta, para poder recubrir con una nueva capa todo el perímetro, cosa que provocó que acabase con las manos destrozadas.
Aún dirán los ateos que mis afirmaciones son desorbitadas, habrase visto...

3 comentarios:

MBI dijo...

Ja!
No puedo más...
si tuviera una editorial ya estaría publicado...
.
.
Eres grande!

Juselin dijo...

Je, je!, me encantaría verlo publicado... pero prefiero vender mi piso... ;)

Le poinçonneur dijo...

¿Bomba de lavabo? ¿Tienes un WC con motor? ¿Cómorr?