Varios premios ya la avalan, y los que le quedan por recibir, una exquisitez de película de principio a fin. Una búsqueda del origen de la perversidad humana de una manera frágil y sutil. El director nos muestra, casi sin un comienzo ni un final definido, una serie de circunstancias que suceden en un pueblo al norte de Alemania y que nos inquietan y perturban, llevando su relato a nuestra propia reflexión interior. Historias paralelas que, en su entrecruzar, no hacen más que tensar una cuerda que el director, habilmente, cercena de un solo mandoble en nuestra alma. Ambientación soberbia e interpretación magistral a la altura de su argumento. Disfrutenla si gustan.
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